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Reportajes

LA RUTA DEL BAKALAO, 30 AÑOS DESPUÉS. . . 

Descontrol, drogas, excesos y accidentes. Los mismos medios que acuñaron el término Ruta del Bacalao, una peregrinación en apenas 30 kilómetros de carretera que permitía encadenar 72 horas de fiesta ininterrumpida, no vacilaron en demonizar un movimiento discotequero iniciado en Valencia en la década de los 80 y que murió de éxito a finales de los 90.

Ésta percepción, sesgada y sensacionalista, es la que hoy parece imponerse entre aquellos que aún recuerdan un fenómeno juvenil, social y musical, sólo comparable al canto a la libertad que supuso la denominada Movida Madrileña tras el fin de 40 años de Franquismo y la muerte del dictador.

Pocos saben que fue precisamente en Valencia donde se reinventaron muchos conceptos que hoy se confunden con el paisaje del ocio nocturno en cualquier lugar del mundo.

 

La Ruta Destroy convirtió las discotecas que pinchaban baladas y rumba sobre pisos de moquetas y ante camareros con pajarita en un recuerdo del pasado. Fue en salas como Barraca donde los primeros pincha-discos se convirtieron en Djs.


Pocos saben que aquellos pioneros como Carlos Simó viajaban a Londres, a Berlín, o a Manchester en busca de aquellos vinilos imposibles de adquirir en España. En las discotecas valencianas actuaban números 1 mundiales a horas intempestivas, Stone Roses renunciaba a su caché por actuar en Barraca, y grupos extranjeros saltaban a la fama desde la Ruta cuando ni siquiera sonaban en las radios de sus propios países.

Un extravagante DJ valenciano llamado Chimo Bayo creo el himno de toda una generación de “bakalas”; el “Así me gusta a mí” se vendió por millones y sus cifras de ventas aún permanecen en el Libro Guiness de los Récords.

Sin embargo, la Ruta murió de éxito. La masificación, los excesos y el sensacionalismo mediático impulsaron férreos controles policiales que auspiciaron el declive de un fenómeno irrepetible.

Su eco todavía resuena en grandes fiestas remember como las auspiciadas por SpektraFM en su Sexto Aniversario-“Después de 25 años, juntos otra vez Espiral y SpektraFm”- en la discoteca Mansion antes conocida como Spook Factory.

 

30 años después, recorremos de la mano de reputados cañeros de la Ruta valenciana los vestigios de la Ruta de un Bacalao, hoy reducido a raspa, pero cuyo espíritu habita en artistas como Carlos Simó, Kike Jaén, Germán BouPaco Pil o Chimo Bayo y en todos y cada uno de aquellos que vivieron un fenómeno insólito que reivindica su lugar en la Historia de la música.

 

 

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ORIGEN

La llamada Ruta Destroy (o Ruta del Bakalao como se la conoció más mediáticamente) fue heredera directa de la «movida valenciana» y consistió en el mayor movimiento clubbing de España. Inició en ciertos aspectos el movimiento clubbing en el país, y tuvo consecuencias a largo plazo sobre la forma de ocio nocturno en España.

Consistía en una forma de ocio nocturno de miles de jóvenes entre las discotecas del área metropolitana de Valencia, sobre todo en la carretera de El Saler (CV-500), de entre las cuales destacaron salas como Barraca, Spook Factory, Chocolate, Espiral, NOD, Puzzle y ACTV, así como otras del interior (OTK, Onteniente), cada fin de semana, y sin apenas descanso, durante la década de 1980 y la primera mitad de los años 90.

La semilla de la Ruta Destroy se sembró a caballo entre finales de los años 1970 y principios de los 80, dentro de lo que fue la particular «movida valenciana», movimiento con mucha menos repercusión mediática que la movida madrileña, pero que muchos[¿quién?] afirman que tuvo tanta o mayor importancia real que ésta por la infinidad de grupos autóctonos que aparecieron y la vitalidad cultural que aportaron a la ciudad de Valencia.[cita requerida]

La «movida valenciana» actuó como potente catalizador para que una ingente cantidad de grupos extranjeros, principal e inicialmente británicos, se dieran a conocer en toda España a través de Valencia, desde donde dieron su primer paso en la península para después dar el salto al resto del país.

También acabó derivando en el culto a las discotecas, introduciendo en España una música de baile basada en sonidos de importación que asiduamente traían los Dj, valencianos o no, desde LondresMánchester y otras ciudades europeas. Esto derivó en la posteriormente llamada Ruta Destroy. El término «movida valenciana», de hecho, se ha extendido hasta incluir a la movida discotequera de la Ruta Destroy.[cita requerida]

A finales de la década de 1970, en plena transición española y durante la era post-punk y new romantic (la llamada era new wave), la ciudad de Valencia empezó a florecer, no solo musicalmente, sino también culturalmente. Empezaron a aparecer grupos musicales autóctonos con una marcada tendencia vanguardista, y de una manera menos mediática que en Madrid. Se dice que mientras en Madrid, los iniciadores del movimiento fueron Kaka de Luxe y Burning, en Valencia lo fueron, en 1979La Banda de Gaal y seguidamente La Morgue.[cita requerida] Grupos como Seguridad SocialVídeoGlamourComité CisneBetty Troupe, In Fraganti, La Morgue o Interterror lideraban una legión de artistas valencianos que apostaban por los nuevos sonidos llegados directamente del Reino Unido o Alemania, y empezaban a poner de moda la imagen del post-modernismo de principios de los años 1980, con looks elegantes, sofisticados y estridentes, heredados y evolucionados de la era punk. En esa época, un local sobresalió entre todos por su amalgama cultural, Pyjamarama, pero hubo otros, como Bowie, Gasolinera, Tropical (que años más tarde se conocería como ACTV), Vídeo, Estandarte o Planta Baja.

Asimismo, debido a esta apertura en Valencia a sonidos no tan convencionales, muchos grupos extranjeros se introducían en España a través de Valencia, como el caso de Soft Cell. La gente empezó a interesarse cada vez más por estos sonidos de synth popnew waverock gótico, etc., en su mayoría procedentes del Reino Unido, en una época con gran influencia de la canción ligera y de cantautor. En aquel momento, sin embargo, aún no había ninguna discoteca que realmente pinchase esa clase de sonidos. Dichos sonidos no iban ligados a la música de baile, que todavía estaba basada casi exclusivamente en música afroamericana (funk, los inicios del house, entre otras) y sonidos disco europeos como el italo disco, y por ello, todavía no se entendían como tal, por lo cual aún estaban relegados a las salas de conciertos y los bares de copas. Seguían existiendo exclusivamente las boîtes y salas de fiesta setenteras, tapizadas y llenas de espejos.

Fue a raíz de abrirse una sala llamada Oggi, auspiciada por el principal precursor y gurú de la movida discotequera, Juan Santamaría, cuando esos sonidos, y toda clase de rarezas electrónicas y guitarreras, eran pinchados para un público todavía muy selecto y con grandes inquietudes musicales y culturales. La sala no tardó en decaer por una serie de problemas, algunos de ellos relacionados con la heroína. Más adelante, la misma gente responsable de la sala Oggi se trasladó a la sala Metrópolis, en un intento de agrupar a todas las tribus urbanas de Valencia (rockers, mods seguidores del garage rock o del ska y otros sonidos con marcada influencia sesentera, new romanticpunksgóticos, etc), tribus que por aquel entonces y durante todos los años 1980 fueron muy prolíficas. Esto no estuvo exento de problemas, ya que muchas de estas tribus urbanas rivalizaban entre sí, como los rockers y mods. Hasta que la fiesta se trasladó a una sala llamada Barraca, en Les Palmeres (Sueca).

HORARIOS Y RECORRIDOS

El regreso de los "ruteros" podía demorarse en ocasiones hasta el lunes por la noche (como se menciona anteriormente, hubo una discoteca llamada Zona dedicada casi exclusivamente a su sesión de los lunes por la mañana); del mismo modo que las salidas podían adelantarse al jueves. Mención en este caso para discotecas como Acción, Metrópolis o Delfos, como salas eminentemente de jueves noche para muchos "ruteros". Estas discotecas de ciudad, que durante los años 1980 y principios de los 1990 abrían también las noches de entre semana (en aquella época no era un hecho extraño el salir alguna noche de entre semana para cualquier persona amante de la noche), servían tanto los lunes tarde-noche como jueves noche como inicio/fin de semana para mucha gente. En muchos casos, la gente que salía "de ruta" ni siquiera contrataba alojamiento en Valencia, si es que venía de fuera, y muchos no volvían a casa, si vivían cerca, sino que literalmente pasaban las 72 horas del fin de semana "de fiesta" en los locales, salvo pequeñas pausas para dormir o comer algo, muchas veces en el mismo coche o en los aparcamientos de las discotecas. También se empezó a hacer frecuente la costumbre de salir de fiesta por la mañana, tras haber dormido por la noche.

Las rutas más habituales durante un fin de semana eran, separando entre barras "/" las principales sesiones en salas abiertas durante el mismo horario, y poniendo en negrita las más destacadas de entre esas sesiones importantes:

 

 

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Fuente : Wikipedia

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